Los sitios arqueológicos están increíbles, nunca me había imaginado algo igual. La magia que hay en Yaxchilán es de otro mundo, su ambiente selvatico y los gritos de los monos al principio dan un poco de miedo, pero una vez que el guia te explica que no es ningun felino sino un mono, ya te quedas más tranquilo... Y las pinturas de bonampak, surreal.